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viernes, 27 de septiembre de 2019

Parábola del amigo inoportuno


Lucas 11:5-8

Por:
Carlos Ardila

     Siendo que eventualmente los viajeros se desplazaban de una ciudad a otra durante la noche a fin de evitar padecer el calor del día, no era de extrañarse si acaso sorpresivamente alguien recibía una visita nocturna cuando ya se había retirado a descansar con los demás residentes en su casa, el cual es exactamente el caso referido en esta ilustración por el Señor en la que quien ha sido sorprendido por un visitante al no disponer en su residencia de lo necesario para atenderle se ha visto precisado a recurrir a su vecino.

     Evidentemente, y pese a cualquier consideración con relación a la tradicional solidaridad judía, tal situación suscitaba una cierta incomodidad dada su inoportunidad que sumada a la insistencia del que llamaba a la puerta de alguien solicitándole el préstamo de algunos panes para darle de comer a quien le visitaba constituía razón suficiente para que le atendiese a fin de evitar seguir siendo molestado.    

     Mediante esta parábola, el Maestro ilustró la necesaria persistencia que ha de ser observada en la oración, asunto que Él consideró con sus discípulos en el contexto inmediatamente anterior (Cp. Lucas 11:1-4, 11-13; 18:1-8).