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¿Qué harías tú si al venir caminando por
la vereda observaras a un perro enorme, furioso y ladrando amenazante? Seguro prudentemente te
pasarías a la acera de enfrente para proseguir tranquilo y a salvo tu camino,
pero supón que otra persona no tan sabia como tú siguiera transitando por el
mismo sendero poniéndose al alcance del can, en tal caso, sin esforzarnos demasiado
anticipadamente ya sabríamos el más probable final de la escena.
Alguien acertadamente comparó a Satanás con
un perro rabioso atado con una fuerte cadena (Cp. Apocalipsis 20:1,2) y cerca
del cual no deberíamos estar, ya que de acercarnos demasiado a él nos mordería y
aunque tal comparación es tan solo una figura, piensa, ¿si nos pusiéramos a su
alcance?, es decir, si le diéramos ocasión de tentarnos, ¿acaso no nos
destruiría?
Además de la anterior figura, la Palabra
de Dios hace uso de otras más para referirse a Satanás, son estás por ejemplo:
el dragón, la serpiente antigua y el león rugiente (Cp. Génesis 3:1;
Apocalipsis 12: 9; 13:2; I de Pedro 5:8) al cual debemos resistir a fin de
hacerle huir de nuestra presencia (Cp.
Santiago 4:7); ahora, en la guerra, y en efecto peleamos una en su contra cada
día de nuestras vidas (Cp. Efesios 6:10-20), el tocar retirada cuando nos
sentimos vulnerables es una estrategia válida y necesaria para protegernos,
fortalecernos y seguir adelante.
Y es que en ciertamente hay situaciones y
existen ambientes en los cuales podemos sentirnos débiles y estar vulnerables y
de los cuales debemos huir, ya que de no hacerlo seriamos tan insensatos como
quienes se acercan demasiado a un perro enorme y rabioso poniéndose a su
alcance.
Si te sientes débil en alguna situación o
en medio de un determinado ambiente, sabiendo que de no escapar seguro caerás, ¿por qué no escabullirte?, ¿recuerdas a José?, él tuvo que huir de una de
esas trampas mortales puestas por el enemigo en su camino (Cp. Génesis 39:12), ten
presente el consejo del apóstol Pablo al
joven evangelista Timoteo al cual él le recomendó huir de las pasiones juveniles
a fin de conservarse puro (Cp. II de
Timoteo 2:22).
Son tantas y tan sutiles las formas en las
que actúa Satanás, si te sientes débil y vulnerable ante alguna situación o en
medio de algún ambiente en particular, sea cual sea, un sitio en internet, un
programa de televisión, un determinado círculo de amistades entre otras varias
posibles amenazas más, retrocede, aléjate, sé valiente y huye por tu vida
espiritual y prosigue tu camino, luego fortalecido por el Señor será el enemigo
el que deba huir de tu presencia (Cp. Santiago 4:7).