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¿Cómo llegó a existir el universo? ¿De
dónde hemos venido? Varias son las teorías científicas mediante las cuales el
hombre, aparte de Dios, ha pretendido responder a estas interrogantes, sus
conclusiones basadas en meras especulaciones coinciden en haber surgido tanto
el universo como la vida sobre él, fruto de la transformación de la materia; sin
embargo, nunca nos dicen de dónde surgió la materia que fuera luego
transformada, ¿provino esta de la nada? ¿Pudieron ser el universo ordenado, los
seres vivientes y la vida inteligente del hombre provenientes de la nada?
El hombre transformando la materia ha
obtenido grandes logros; seguramente tienes una computadora en casa o el acceso
fácil a una fuera de ella, ahora al usarla, ¿te has preguntado qué habrá en su
interior y cómo esta funciona? Ellas nos son ahora herramientas fundamentales;
sin embargo, es un hecho que aunque las usamos a diario, no es mucho lo que
sabemos acerca de su estructura y de su diseño funcional; ahora, ¿no
pensaríamos que una computadora llegó a formarse al juntarse miles de pequeños
componentes de manera casual sucediéndose trillones de más que improbables
casualidades? Puesto que observamos en ellas diseño, forma y estructura,
racionalmente deducimos que existió previo a estas un diseñador inteligente.
Considerando tan solo nuestros cerebros
como computadoras naturales ha sido observado que estos poseen unos por lo
menos catorce mil millones de unidades de intercomunicación que procesan de
manera simultánea una gran serie de datos en razón de un millón de ellos por
segundo permitiéndonos captar las imágenes en sus diversas formas, tamaños,
colores y texturas, percibir los variados sonidos a nuestro alrededor distinguiendo
los unos de los otros, degustar los muchos diferentes olores y sabores de los
alimentos que consumimos, sentir las variaciones del clima, de la temperatura
ambiental y de nuestros cuerpos, respirar, caminar, saltar, pensar, hablar,
emocionarnos, reír, llorar, recordar y… , ¿pensaríamos razonablemente qué
nuestras mentes y cerebros surgieron un día de la nada? Desde luego que no, al
igual que a las computadoras, les ha precedido un poder, una inteligencia
superior que les ha dado forma, estructura, diseño y funciones.
¿Qué es más razonable? ¿Pensar que algo
provino de la nada?, ¿o qué esa materia
de la que se dice hemos provenido fue creada por un alguien que la precedió?
Dios se nos ha revelado no solo por medio
de su Palabra, sino además a través de las maravillas de su creación
inteligente (Cp. Salmos 19:1-6; Romanos 1:19-22); siendo que somos seres
pensantes, desde luego provenimos de un ser pensante e inteligente que ha
precedido y dado origen a la materia del universo y a la vida sobre este
existente (Cp. Génesis 1:1; Hebreos 11:3).