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sábado, 28 de septiembre de 2019

¿QUÉ ES MÁS RAZONABLE?


Por:
Carlos Ardila

     ¿Cómo llegó a existir el universo? ¿De dónde hemos venido? Varias son las teorías científicas mediante las cuales el hombre, aparte de Dios, ha pretendido responder a estas interrogantes, sus conclusiones basadas en meras especulaciones coinciden en haber surgido tanto el universo como la vida sobre él, fruto de la transformación de la materia; sin embargo, nunca nos dicen de dónde surgió la materia que fuera luego transformada, ¿provino esta de la nada? ¿Pudieron ser el universo ordenado, los seres vivientes y la vida inteligente del hombre provenientes de la nada?

     El hombre transformando la materia ha obtenido grandes logros; seguramente tienes una computadora en casa o el acceso fácil a una fuera de ella, ahora al usarla, ¿te has preguntado qué habrá en su interior y cómo esta funciona? Ellas nos son ahora herramientas fundamentales; sin embargo, es un hecho que aunque las usamos a diario, no es mucho lo que sabemos acerca de su estructura y de su diseño funcional; ahora, ¿no pensaríamos que una computadora llegó a formarse al juntarse miles de pequeños componentes de manera casual sucediéndose trillones de más que improbables casualidades? Puesto que observamos en ellas diseño, forma y estructura, racionalmente deducimos que existió previo a estas un diseñador inteligente.

     Considerando tan solo nuestros cerebros como computadoras naturales ha sido observado que estos poseen unos por lo menos catorce mil millones de unidades de intercomunicación que procesan de manera simultánea una gran serie de datos en razón de un millón de ellos por segundo permitiéndonos captar las imágenes en sus diversas formas, tamaños, colores y texturas, percibir los variados sonidos a nuestro alrededor distinguiendo los unos de los otros, degustar los muchos diferentes olores y sabores de los alimentos que consumimos, sentir las variaciones del clima, de la temperatura ambiental y de nuestros cuerpos, respirar, caminar, saltar, pensar, hablar, emocionarnos, reír, llorar, recordar y… , ¿pensaríamos razonablemente qué nuestras mentes y cerebros surgieron un día de la nada? Desde luego que no, al igual que a las computadoras, les ha precedido un poder, una inteligencia superior que les ha dado forma, estructura, diseño y funciones.

     ¿Qué es más razonable? ¿Pensar que algo provino de la nada?, ¿o qué esa materia de la que se dice hemos provenido fue creada por un alguien que la precedió?

     Dios se nos ha revelado no solo por medio de su Palabra, sino además a través de las maravillas de su creación inteligente (Cp. Salmos 19:1-6; Romanos 1:19-22); siendo que somos seres pensantes, desde luego provenimos de un ser pensante e inteligente que ha precedido y dado origen a la materia del universo y a la vida sobre este existente (Cp. Génesis 1:1; Hebreos 11:3).