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Esta mañana al despertar y al meditar,
pensé en las varias circunstancias problemáticas y adversas que he afrontado a
lo largo y ancho de mis días, a la vez que recordé también como el Señor estuvo
presente, sosteniéndome en cada una de ellas, aunque quizá entonces, en la
profundidad de la angustia y del dolor no le percibí.
“Yo me acosté, y dormí, y desperté, porque Jehová me sustentaba” (Cp. Salmos 3:5).
Esta mañana al despertar y al pensar en la
constancia de mí seguir al Señor pese a la adversidad superada, releí en
gratitud y gozo sus fieles promesas señalando en cuanto a mí, cumplido sobre
cada una de ellas reafirmando así mi fe y esperanza en Dios.
Momentáneamente, tal vez como tú ahora,
¡me he sentido tan solo, tan angustiado, tan desamparado, tan preocupado, débil
e impotente que estuve a punto de colapsar!; sin embargo, tales sensaciones
fueron solamente temporales, fruto de la turbación y de la confusión que el
enemigo en medio del dolor desea hacer que gobiernen nuestras mentes a fin de hacernos desistir de
nuestra fe, pero el Señor estaba conmigo y aunque quizá entonces no le percibí,
su gracia me cubría y su poder me levantaba.
“No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios, que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia” (Cp. Isaías 41:10).
Esta mañana al despertar y al ver el sol
brillar en el inicio del nuevo día, recordé los ciclos pasados de mi vida,
medité en las nuevas oportunidades que a diario nos brinda nuestro creador y
valoré aún más así su amor.
“Este es el día que hizo Jehová;
Nos gozaremos y alegraremos en él” (Cp. Salmos
118:24).
Hoy, sea cual sea el tamaño del problema
que te agobia, de la angustia que te oprime, recuerda que más grande que tus
dificultades y tus penas es el poder del Señor y más persistente la intensidad
de su amor, ¡no desmayes, no renuncies jamás a tu fe!, pese a todo, confía
siempre en las fieles promesas de Dios, mañana, si persistes las verás
cumplidas en tu vida.
Trata de recordar ¿qué adversidad o
dificultad que tal vez juzgabas insuperable te afligía uno o dos años atrás?,
menos ¿uno o dos meses atrás? Hasta hoy, tanto tú como yo hemos afrontado
adversidades y de la mano del Señor las hemos superado, ¿qué nos haría pensar
que no contaremos con su ayuda mañana?, ayer Él estuvo a nuestro lado, lo está
hoy también, del mismo modo nuestro Dios estará con nosotros mañana y siempre.
Reafirmemos cada día nuestra fe y
confianza en el Señor y hagamos nuestras las palabras del apóstol Pablo quien
inspirado por el Espíritu Santo escribió:
¿Quién nos separará del amor de
Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
Como está escrito:
Por
causa de ti somos muertos todo el tiempo;
Somos
contados como ovejas de matadero.
Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos
amó.
"Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra
cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro" (Cp. Romanos 8:35-39).