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sábado, 28 de septiembre de 2019

DESCANSA


Por:
Carlos Ardila

     ¿Cansado?, ¿estresado?, ¿saturado? ¿Y qué si te vas a solas y en silencio contigo?, ¿si te retiras de todos y de todo excepto del Señor para solo, pero en su compañía meditar acerca de ti, de tu vida, de tus situaciones personales?, estando así de tensionado y de no hacer algo al respecto, ¿no crees qué muy seguramente en breve empeorará tu estado?, ¿esperarás al punto del quiebre definitivo en lugar de hacer algo?

     Debes buscar muy dentro de ti la razón de tu tensión, razonar acerca de lo que te sucede, identificar y eliminar lo que sea que te hace tanto daño, sea que ese algo se origine en ti o en tu entorno.

     Pero… siempre hay un, pero, ¿quizá sea el tiempo del que piensas no disponer lo suficiente como para tomarte esos instantes a solas contigo mismo?, ¿tal vez tus muchas obligaciones académicas, familiares o laborales, las que crees no te darán un respiro como para ocuparte de ti mismo y estar en oración con el Señor? Pero y si tus tensiones hacen presa continua de ti, ¿qué pasará con tu salud y con tu familia si decaes?, constantemente preocupado y tensionado, ¿podrás conservar tu empleo, rendirás lo suficiente en tus estudios, serás feliz?

     Si es urgente que tomes ese descanso, ¿qué estás esperando para hacerlo?, ¿sabes que incluso Dios, el todopoderoso descansó de sus labores? (Cp. Génesis 2:2), si tú descansas un poco, el mundo no se derrumbará a causa de tu pausa, pero si no te detienes ahora para encontrarte con Dios y contigo mismo, para reprogramarte de manera positiva eliminando tus tensiones, serás tú quien se desmorone en perjuicio no solo de ti sino además de quienes te aman y quizás dependan en algo de ti.

     Relájate, serénate y reposa en Dios, ya mañana podrás volver a tus labores, cuida de ti mismo, de tu salud física y de tu paz mental, realmente así lo desea el Señor.

     “Jehová es mi pastor; nada me faltará, en lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará, confortará mi alma, me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre” (Cp. Salmos 23:1-3).