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Puedes llamar a los bomberos si precisas
de su ayuda a causa del fuego o de alguna inundación o a la policía si acaso es
tu seguridad la que se ve amenazada o concurrir a un hospital si es tu salud la
que se ve afectada …, así, en casi toda situación crítica o de emergencia
dispondrás de uno o de varios servicios para ser asistido; sin embargo,
tratándose de situaciones críticas o de emergencia para las cuales no
encuentras la ayuda de alguien más ¿acostumbras recurrir a Dios?, Seguramente que
sí, y desde luego, es lo mejor que puedes hacer, pero ¿solo vuelves a acercarte
a Él al presentársete la siguiente situación crítica o de emergencia?
¿Qué es lo que producen en nuestras vidas
las eventuales situaciones críticas o de emergencia que enfrentamos? Al
sucederse de manera repentina, estas por supuesto generan en nosotros
conmoción, tristeza y dolor, entre otras varias sensaciones y emociones más.
Ahora, ¿son nuestras situaciones críticas
o de emergencia provocadas por Dios? Desde luego que no, ellas se derivan de nuestros propios errores
o fruto de las acciones equívocas, irresponsables o malintencionadas de otras
personas más o en razón del accionar de los elementos naturales.
En medio de nuestras situaciones críticas
o de emergencia podremos contar con la ayuda de Dios siempre que seamos
sinceros al acercarnos a Él (Cp. Proverbios 28:9; Isaías 59:1,2).
Algunas cosas más producen las situaciones
críticas o de emergencia en nuestras vidas, nos ayudan a reflexionar acerca de
nuestra necesidad de Dios y nos brindan la experiencia del aprendizaje que nos
fortalece.
Dios desea ser tu amigo y bendecirte en
todo tiempo, no le reduzcas a ser tan solo tu asistente temporal al hallarte en
medio de tus situaciones críticas o de emergencia para luego dejarlo de nuevo y
recordarlo solo en tu próxima situación crítica o de emergencia, si eres tú uno
más de los que así hacen, reflexiona y piensa en que quizás no tengas otra
situación crítica o de emergencia más para buscarlo antes de partir hacia la
eternidad y comparecer ente su tribunal (Cp. II de Corintios 5:10; Apocalipsis
22:12).
Su Palabra dice:
"Busquen al Señor mientras puedan
encontrarlo, llámenlo mientras está
cerca” (Cp. Isaías 55:6).