Copyright © Todos los derechos reservados por Carlos Ardila.

lunes, 7 de octubre de 2019

AUNQUE NO SIEMPRE LA VIDA NOS SONRÍA


Por:
Carlos Ardila

     Después de la fuerte granizada de tan solo unos pocos días atrás y de los muchos destrozos que esta causó, hemos estado disfrutando de un muy agradable tiempo; como suele suceder, después de la tempestad ha venido la calma.

     Así como no siempre es primavera, no todos los días la vida pareciera sonreírnos, sin embargo, aunque es nuestra impresión que el sol no ha salido, lo cierto es que este continúa allí en lo alto brindándonos su calor y su luz, es solo que unos cuantos nubarrones le han ocultado temporalmente de nuestra vista; del mismo modo, eventualmente y en medio de alguna que otra situación difícil nos hacemos a la idea de que Dios ha apartado de nosotros su rostro y vemos todo gris a nuestro alrededor, no obstante Él sigue en derredor nuestro y al pendiente de todas nuestras necesidades, es solo que el efecto neblina del pesimismo nos impide percibir su presencia y nos desanima al punto tal de hacernos incluso pensar en desertar de la fe.

     Conscientes de las diversas variantes climáticas y de las cuatro estaciones que rigen el tiempo de nuestro país, anticipadamente nos preparamos haciendo acopio de la indumentaria necesaria para poder encarar cada una de ellas, así mismo deberíamos estar preparados para enfrentar la amplia gama de adversidades que circunstancialmente puede plantearnos la vida. 

     ¿Por qué desistir de seguir al Señor cuando el fatal pesimismo de los días grises nos hace pensar que Él se ha desentendido de nosotros?, ¿renuncias a tu trabajo ante la menor dificultad que se te presenta?, ¿desechas tus sueños e ilusiones sin luchar?, ¿rompes tú con tus relaciones familiares o amorosas debido a los más pequeños roces o impases? Desde luego que no, no lo haces en razón de la importancia que estas cosas, aunque terrenales revisten para ti, ¿cuán mayor aun es la importancia de tu salvación?, ¿la dejarías abandonada a causa de la lluvia, de las dificultades que ha caído sobre ti en una de esos días grises que deberías estar preparado para encarar? (Cp. I de Pedro 4:12-19).

     “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma” (Cp. Hebreos 10:39).

     Ten presente que no siempre es primavera, si hoy llovió, quizás mañana volverá a llover, pero seguro el buen tiempo volverá, no dejes que el enemigo te suma en la fatalidad del pesimismo y de la duda, pese a que alguna que otra nube oculte el sol de tu vista, recuerda que este continúa allí en lo alto, y aunque sea tu parecer al sufrir que Dios se ha apartado de ti, jamás olvides que Él sigue al pendiente de ti y siempre te ayudará (Cp. I de Pedro 5:7; Juan 16:33; Hebreos 4:14-16; Isaías 41:10; 26:3; 40:28-31).