Por:
Carlos Ardila
Si sabes
hacia dónde vas seguramente no te perderás, si lo ignoras difícilmente
llegarás.
¿Cuáles
son tus planes para el futuro?, ¿será suficiente con tenerlos?, ¿te bastará con
el anhelo?, ¿cuentas en tu haber con la decisión, el valor y la
constancia para ir en procura de su realización?
De cara a
la entonces futura conquista de la tierra prometida, Dios exhortó a Josué a
armarse de valor, él observando su ley, meditando de día y de noche en ella y
viviendo constantemente de acuerdo a sus mandamientos, contaría con su ayuda y
sería prosperado, puesto que Él estaría ayudándole en toda empresa y en todo
lugar (Cp. Josué 1:6-9).
Ciertamente,
Dios está presto a ayudarnos a llevar a cabo nuestros proyectos materiales,
cuánto más aún desea darnos su ayuda en el aspecto espiritual de nuestras vidas
(Cp. III de Juan 2).
Esfuerzo,
valor, y constante obediencia a los preceptos divinos nos garantizan el éxito,
demos cada día los pasos necesarios en función del logro de nuestros objetivos,
confiando en la ayuda y en el poder de nuestro Dios (Cp. Proverbios 16:3;
Salmos 37:4-6; Eclesiastés 9:10).
Recuerda,
no basta solo con el deseo de ser secularmente exitoso, no es suficiente
anhelar ser espiritualmente mejor, muchos son los que viven de sueños e
ilusiones y ningunas realizaciones, alguien puede saber exactamente qué es lo
que quiere sin jamás atreverse a hacer algo en función de su logro.
¿Cumpliste
ya tus sueños o sintiéndote impotente, desististe de ir en procura de ellos?
Ven, no te rindas, ponle alas a tu anhelo, vuela alto, sube a la cúspide de la
esperanza, con decisión, valor, esfuerzo y constancia, haz lo que debas hacer y
entrégale tus proyectos al Señor quien a su vez hará también su parte
prosperándote tanto material como espiritualmente, solo esfuérzate y sé
valiente, vamos ¡atrévete a ser mejor!