Por:
Carlos Ardila
Según nos
lo describe en forma y en detalle el registro sagrado, los hijos de Israel
conquistaron la gran ciudad amurallada de Jericó, de acuerdo a dicho relato,
los habitantes de aquella antigua urbe sabían del poder sobrenatural que
asistía a los israelitas y habían asegurado sus puertas por temor de ellos (Cp.
Josué 6:1), ahora, si muy bien conocían entonces los jericoanos la reputación
de Dios no estaban dispuestos a rendirse ante su pueblo; no obstante, vivía
allí una mujer llamada Rahab quien creyó en aquel todopoderoso ser y auxilió a
los espías enviados por sus siervos antes de la toma de la ciudad salvando así
su propia vida y la de los miembros de su familia residentes en ella (Cp. Josué
2:1-24).
Pese a
que Dios ya había decido entregar a Jericó en sus manos, para conquistar la
ciudad los israelitas debían seguir un aparente absurdo plan que solo pudo ser
creído y seguido por ellos, quienes habían visto y experimentado el
extraordinario poder de su Salvador que les liberó de la opresión egipcia y
obedientemente caminaron durante siete días alrededor de la muralla y luego
gritaron siguiendo las instrucciones de su Dios, hecho después del cual el muro
de la gran fortificación jericoana cayó a sus pies.
¿Cuáles
son tus planes para el futuro?, ¿sientes que muros muy altos se interponen
entre tú y los objetivos que deseas alcanzar?, ciertamente te ha dotado Dios de
las habilidades necesarias para que puedas triunfar, ahora, para darte toda su
ayuda espera Él que le encomiendes todos tus proyectos (Cp. Proverbios 16:3;
Salmos 37:4-6) y que le seas obediente siguiendo decidida y valerosamente sus
instrucciones para ser prosperado (Cp. Salmos 1:1-3; Josué 1: 6-9).