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lunes, 7 de octubre de 2019

LA LÁMPARA DEL CUERPO


Por:
Carlos Ardila


     Son los ojos los medios a través de los cuales las imágenes son capturadas y procesadas por nuestros cerebros, estas a manera de estímulos visuales impactan en nuestras mentes afectándonos positiva o negativamente e inciden desde luego en nuestros estados de ánimo y en la forma en la cual pensamos y actuamos.

     Con relación a la visión que en el tiempo llegamos a formarnos acerca de la vida y del modo en el cual pensamos y actuamos, el Señor Jesús expresó:

     “La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? (Cp. Mateo 6:22,23).

     Si de acuerdo a la mente de Dios (Cp. I de Corintios 2:14-16; Filipenses 4:8,9)) enfocamos nuestra vista en los aspectos positivos de la vida, en vez de sobre enfatizar en lo negativo de ella, seguramente podremos vivir mejor, si nuestra lente al observar a los demás es la del Señor entonces les veremos con amor a la par que si vemos el mundo a través de su prisma nuestras vidas estarán llenas de luz.

     En lugar de una visión nublada por la incredulidad y el pesimismo que nos conducen al fracaso y en vez una visión prejuiciosa respecto a los demás que dificulta nuestras relaciones, procuremos ver a través de los ojos del entendimiento espiritual que alumbran nuestra comprensión de las maravillosas bendiciones que nos brinda nuestro Dios.   

     ¿En qué te has habituado a enfocar tus ojos?
     “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo.  Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
     Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
     Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (Cp. I de Juan 2:15-17).