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lunes, 7 de octubre de 2019

SABE EL SEÑOR QUÉ ES LO MEJOR




Por:
Carlos Ardila


     Quizás debido a no haber recibido aquello que fervientemente le has estado pidiendo a Dios en oración, pienses ahora que Él te lo ha negado, y desde luego es probable que así sea, dado que son solo tres sus posibles respuestas a nuestras peticiones, la afirmativa, la negativa y el modo espera.

     Ahora, ten presente que una negativa del Señor nos siempre significa un no rotundo, ¿cómo es esto seguramente te preguntarás? Veamos:

     Ciertamente, Dios nos negará todo aquello que no coincida con su voluntad (Cp. Santiago 4:3) a la par que tampoco nos dará lo que le roguemos siéndole desleales (Cp. I de Juan 3:21,22; Proverbios 28:9; Isaías 59:1,2).

     En general, si le somos fieles, Dios nos concederá todo cuanto le pedimos y realmente necesitamos, ello desde luego lo hará siempre en el tiempo que considere oportuno, pese a que nosotros quisiéramos que su respuesta afirmativa produjera los resultados inmediatos que solemos esperar (Cp. Santiago 1:4).

     Ahora, eventualmente, Dios nos dirá: no te daré esto que me pides, puesto que tengo algo aún mucho mejor para ti (Cp. Efesios 30:20,21).

     Si aún no has recibido aquello que tanto le has pedido a Dios, reflexiona: ¿has estado siéndole fiel a Él?

     Si has sido fiel y aún no has recibido lo que le ruegas, espera un poco más, puesto que Él en su providencia está disponiéndolo todo a tu favor y oportunamente te bendecirá (Cp. Romanos 8:28).

     Si has observado fielmente sus mandamientos y todavía no recibes aquello que le pides, no te desanimes pensando que Dios te ha dado por respuesta un no rotundo, sino que más bien considera que Él ha reservado algo aún mucho mejor de lo que tú le has estado pidiendo, puesto que sabe el Señor qué es lo mejor para ti.

     Su Palabra dice:

     “Porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén, por medio de nosotros, para la gloria de Dios” (Cp. II de Corintios 1:20).
     “Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.
   Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.
     ¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente?
     ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión?
     Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Cp. Lucas 11:9-13).

     “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia, en Cristo Jesús, por todas las edades, por los siglos de los siglos.  Amén” (Cp. Efesios 3:20,21).