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lunes, 7 de octubre de 2019

MARCA REGISTRADA


Por:
Carlos Ardila


     Como de la creación, autoría o pertenencia de un alguien en particular son registradas determinadas producciones representadas en artículos específicos acerca de los cuales no es dejada duda alguna en cuanto a su origen, a la vez que mediante su registro son preservados los intereses comerciales de sus autores, creadores o inventores siendo restringida su comercialización a individuos diferentes a los registrantes de los mismos.

     Hemos sido creados a la imagen de aquel quien nos introdujo en el mundo (Cp. Génesis 1:26,27); ahora, a diferencia del cómo dicho mundo reclama de su propiedad sus producciones, nuestro creador solo nos registra como de su pertenencia al otorgarle nosotros mismos dichos derechos mediante nuestra elección libre y voluntaria por Él (Cp. I de Corintios 6:19; Efesios 1:13,14; II de Timoteo 2:19; Apocalipsis 7:3).

     Bien nos son sabidas tanto la corriente falsificación como la frecuente usurpación de las marcas hechas en el mundo al fin ilícito del enriquecimiento de inescrupulosos, quienes mediante la violación de los derechos de sus respectivos creadores o inventores comercializan como buenos y originales sus productos falsos; de manera similar, Satanás mediante el engaño ha cegado las mentes de quienes han equívocamente elegido por él aceptando lo malo por lo bueno (Cp. II de Corintios 4:4; Isaías 5:20), y les ha registrado como de su propiedad por producir estos los frutos de su padre (Cp. Juan 8:44: 17:12; Apocalipsis 13: 16-18).

     Siendo que libre y voluntariamente hemos decidido pertenecer a quien es nuestro creador, reproduzcamos en nosotros la imagen espiritual de nuestro hacedor al vivir en santidad, de manera tal que al observar en nosotros el sello del Espíritu pueda el mundo identificarnos como de la marca registrada de aquel que nos creó (Cp. Efesios 1:13; I de Pedro 1:16).