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lunes, 7 de octubre de 2019

AUNQUE TODO PAREZCA ESTAR PERDIDO


Por:
Carlos Ardila

     Todo está perdido, no hay nada que hacer, el negocio ha sido un fracaso, mi salud cada día está peor, mis relaciones están rotas, jamás podré rehacerlas, mi hogar ha sido desintegrado, nunca más podré restaurarlo…

     Algunos hermanos nunca cambian, jamás madurarán, las personas no responden a nuestra actividad evangelistica, aunque me esfuerzo demasiado, aún no logro superar mis debilidades.

     Mis oraciones son ineficaces, mucho he clamado sin recibir hasta ahora respuesta alguna de Dios, ¿será qué Él está realmente allí oyéndome?, ¿existe Él de veras?, ¿se interesa Él en mí si acaso de verdad existe?

     Es cierto que ante las circunstancias adversas, el pesimismo y la duda nos asaltan; pero, piensa:

    Los más grandes ganadores fueron temporalmente derrotados, pero finalmente ellos triunfaron y tú mismo antes has sido exitoso, incontables son los testimonios del poder sanador de Dios e incluso en el pasado tú también has sido sanado, las más perdurables relaciones sufrieron circunstancialmente algún revés siendo posteriormente restauradas y el amor superó las dificultades que pusieron en riesgo la estabilidad de algunas familias hoy ejemplares (Cp. Isaías 41:10).

     Quizás tú mismo fuiste ayer un poco inmaduro, pero por la gracia de Dios hoy ya eres mucho más sensato, tal vez tú también hayas tardado en oír la voz del Señor, quienes hoy no le oyen, probablemente mañana serán convertidos, algunas de tus debilidades ya han sido superadas e inclusive hoy podrás superarte aún más (Cp. Hechos 22:6-16; I de Corintios 6:9-11; II de Corintios 5:17).

     Muchas de tus oraciones ya han sido positivamente respondidas por Dios en el pasado, si persistes en tu fe, otras más te serán contestadas e incluso hoy podrás recibir más allá de lo que esperas (Cp. Efesios 3:20).

     Pese a que algunas cosas hoy no se te dan como lo esperas, mañana todo será como lo anhelas, si las flores del jardín ya han caído, mañana este volverá a florecer, aunque el sol se oculte ahora, luego él resplandecerá de nuevo en lo alto.

     Aunque todo parezca estar perdido, jamás olvides que es Dios quien está al control de todas las cosas, confía en Él y pronto verás de nuevo su gloria (Cp. Mateo 17:20; Juan 11:40).