Copyright © Todos los derechos reservados por Carlos Ardila.
Mostrando entradas con la etiqueta creerle a Dios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta creerle a Dios. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de septiembre de 2024

CREER EN DIOS Y CREERLE A DIOS / DEVOCIONAL

 


CREER EN DIOS Y CREERLE A DIOS

 

 Por: Carlos Ardila. 

 

Desde luego, creo en la existencia de Dios, afirma la mayoría de la gente; sin embargo: ¿Es tal certeza suficiente para agradar al Señor?

 

 

Muchas personas procuran vivir de una forma moral; no obstante, ¿su sola moralidad les hará salvas?

 

 

La Palabra de Dios nos dice:

 

 

«Tú dices tener fe porque crees que hay un solo Dios.[a] ¡Bien hecho! Aun los demonios lo creen y tiemblan aterrorizados. ¡Qué tontería! ¿Acaso no te das cuenta de que la fe sin buenas acciones es inútil?» (Santiago 2:19,20).

 

 

Sobre un hombre de intachable conducta, la Biblia nos informa con relación a lo que él debía saber y hacer para poder ser salvo, instrucción que este recibió y además obedeció (Cp. Hechos 10: 6,33, 48).

 

 

Creer en Dios, sin creerle a su Palabra y a sus promesas, no es suficiente, el patriarca Abraham, no solo creyó en el Dios que le llamó, sino que además tuvo por cierta su Palabra y confió en sus promesas, movilizándose a la obediencia (Cp. Hebreos 11:8-12; Santiago 2:20-24).

 

 

Las siguientes fueron las palabras de un hombre, quien no solo creyó en la existencia de Dios, sino que, además, creyó en sus promesas, y vivió de acuerdo a su voluntad:

 

 

«Por eso estoy sufriendo aquí, en prisión; pero no me avergüenzo de ello, porque yo sé en quién he puesto mi confianza y estoy seguro de que él es capaz de guardar lo que le he confiado[a] hasta el día de su regreso» (II de Timoteo 1:12).

 

 

Cree en el Señor, pero acompaña tu creencia, con la confianza en su Palabra y en la fidelidad de sus promesas, vive siempre de acuerdo a su voluntad, y verás que Él jamás te defraudará.

 

 

Oremos:

 

 

Nuestro buen Padre Dios, real y digno de suprema alabanza, exaltamos tu nombre, y nos acercamos hoy a tu presencia, a fin de suplicarte que fortalezcas nuestra fe y nos ayudes a obedecerte y a serte siempre fieles, en el nombre del Señor Jesús, amén.