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lunes, 23 de septiembre de 2024

EL EFECTO CONTAGIO Y EXPANSIÓN / DEVOCIONAL

 

EL EFECTO CONTAGIO Y EXPANSIÓN

 Por: Carlos Ardila.

 

 

Con relación al crecimiento del reino de Dios, en Lucas 13:20,21, la Palabra de Dios nos dice:

 

 

También preguntó: «¿A qué otra cosa se parece el reino de Dios? Es como la levadura que utilizó una mujer para hacer pan. Aunque puso solo una pequeña porción de levadura en tres medidas de harina, la levadura impregnó toda la masa».

 

 

La levadura, un hongo que se reproduce por germinación o división, afecta a otros cuerpos al entrar en contacto con ellos.

 

 

Frecuentemente, la levadura era utilizada en un sentido negativo como una figura del pecado y de la corrupción que se contagian y se expanden (Cp. Mateo 16:6-12; I de Corintios 5:6- 8; Gálatas 5:1-9).

 

 

Sin embargo, en esta ilustración, Jesús la mencionó tan solo con relación a su uso común para la elaboración del pan. Con pocas cantidades de levadura, aplicadas en una parte de la harina del pan, se fermenta a la totalidad de la masa haciéndola crecer.

 

 

Asimismo, figuradamente, el Señor indicó que la influencia de unos pocos cristianos al entrar en contacto con otras personas a las cuales se les dé un buen testimonio, el reino de Dios, a saber, la iglesia, crecerá de un modo misterioso.

 

 

Por medio de esta breve parábola, el Maestro nos estimula a leudar, es decir, a relacionarnos e influir con nuestro ejemplo sobre otras personas para contribuir al crecimiento y la expansión del reino de Dios.

 

 

Ahora, además de lo anterior, del mismo modo en el cual un poco de levadura puesta en parte de la harina del pan, afecta a la totalidad de la masa con el cual este se elabora, un poco de fe, de optimismo, de alegría y de entusiasmo, de amor, de generosidad y de gentileza de nuestra parte, ¿no surtirá el mismo efecto de contagio y expansión en las personas y en los espacios en los cuales nosotros interactuemos con ellas?

 

 

Empezando en casa, por medio de los principios y de los valores éticos y morales que hemos aprendido del Señor, tratemos de influir sobre los demás, y expandamos el mensaje de salvación. 

 

 

Oremos:

 

 

Amado Padre, te damos gracias por el precioso don de la salvación que tú nos has concedido, y movilizados por nuestro amor y gratitud, por medio de una buena conducta, deseamos testificar acerca de ti, e influir sobre otros más, a quienes anhelamos ayudar a venir a tus pies, a este fin, te rogamos que nos limpies y nos uses, de acuerdo a tu santa voluntad, en el nombre de Jesús, amén.