ACTITUDES Y CONDUCTAS DETESTABLES
Por: Carlos Ardila.
Según nos lo enseña la Palabra del Señor, Dios es amor, aunque también es Él un fuego consumidor (Cp. I de Juan 4:8; Hebreos 10:26,27).
Además de lo anterior, uno de los atributos personales de Dios, su Santidad, nos señala que Él está absolutamente separado del mal (Cp. I de Pedro 1:16).
Sabes, Dios es amor y santidad absoluta, y debido a su santidad, hay algunas actitudes y conductas que Él detesta, desde luego, no en un sentido similar al carnal humano de quien odia y le desea el mal al que aborrece, sino significando la aversión o la abominación que Él siente por aquello que es contrario a la santidad y que es malo o perjudicial para nosotros, acerca de ellas, la Palabra nos dice:
«Hay seis cosas que el Señor odia,
no, son siete las que detesta:
los ojos arrogantes,
la lengua mentirosa,
las manos que matan al inocente,
el corazón que trama el mal,
los pies que corren a hacer lo malo,
el testigo falso que respira mentiras
y el que siembra discordia en una familia» (Proverbios 6:16-19).
A fin de no hacernos abominables para el Señor, es decir, malvados a sus ojos, con las claras consecuencias de condenación que ello nos acarrearía, apartémonos de estas perversidades, y así como nuestro Dios es Santo, apartado en absoluto del mal, seamos santos nosotros también.
Oremos:
Maravilloso y bondadoso Dios de amor, venimos hoy ante ti en oración, para pedirte que, así como tú eres Santo, absolutamente apartado del mal, nos hagas santos para ti, oh, Señor, ayúdanos a guardar tu Palabra en nuestros corazones, para no pecar contra ti, haz de ellos, corazones que sean conforme al tuyo. En el bendito nombre de Jesús, amén.