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domingo, 22 de septiembre de 2024

CÓMO TRATAR CON EL FRACASO / DEVOCIONAL

CÓMO TRATAR CON EL FRACASO

Por: Carlos Ardila.

 

 

En Juan 21:1-6, la Palabra de Dios nos dice:

 

 

«Más tarde, Jesús se apareció nuevamente a los discípulos junto al mar de Galilea.[a] Este es el relato de lo que sucedió. Varios de sus discípulos se encontraban allí: Simón Pedro, Tomás (al que apodaban el Gemelo)[b], Natanael de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo y otros dos discípulos.

 

Simón Pedro dijo:

 

— Me voy a pescar.

 

— Nosotros también vamos — dijeron los demás.

 

Así que salieron en la barca, pero no pescaron nada en toda la noche.

 

Al amanecer, Jesús apareció en la playa, pero los discípulos no podían ver quién era. Les preguntó:

 

— Amigos,[c] ¿pescaron algo?

 

— No — contestaron ellos.

 

Entonces él dijo:

 

— ¡Echen la red a la derecha de la barca y tendrán pesca!

 

Ellos lo hicieron y no podían sacar la red por la gran cantidad de peces que contenía».

 

 

Pedro y sus amigos, expertos pescadores, fracasaron en el intento de pescar, pero, luego, el Señor Jesús les ayudó y fue tan grande su pesca, que no podían sacar sus redes del agua para subirla a su barca.

 

 

Por definición, la Palabra fracaso refiere al resultado adverso en una determinada empresa o negocio. Ahora, un fracaso, no necesariamente implica una derrota absoluta, de hecho, por medio de un fracaso, aprendemos importantes lecciones. Es así, que un fracaso eventual, nos brinda la experiencia para seguir adelante, intentando el logro de nuestras metas.

 

 

Frente a su fracaso, algunas creyentes afirman que Dios no les acompañó, y se enojan con Él; sin embargo, nuestro omnipresente Dios está siempre cerca de nosotros, es solo que, a veces, debido a nuestra falta de fe, dejamos de percibir su presencia.

 

 

En aquella ocasión, los expertos pescadores no pudieron realizar exitosamente su labor, e ignoraban la cercana presencia del Señor, quien después se les acercó y les ayudó en su pesca.

 

 

Aunque no podemos ver a Dios por medio de nuestro sentido natural de la vista, debemos creer firmemente que Él está a nuestro lado, y que nos ayudará a realizar nuestras labores.

 

 

Lo anterior no significa que jamás fracasaremos, Dios nos ha dotado de capacidades que debemos usar para hacer lo que debamos, pero, ciertamente, no somos infalibles, nos podemos equivocar; no obstante, el fracaso nos brinda importantes lecciones y nos capacita para hacerlo de nuevo, y mejor, a partir de las experiencias adquiridas.

 

 

Talvez debamos intentarlo varias veces, antes de alcanzar el éxito; jamás dudemos de la presencia de nuestro Dios; sigamos sus instrucciones, y Él nos ayudará, no dudemos jamás de sus promesas, no abandonemos nuestros planes, ni nos desvaloricemos a nosotros mismos al fallar, e intentemos alcanzarlos otra vez más, y hasta lograr lo que deseamos realizar.

 

 

La Palabra de Dios nos dice:

 

 

 

«Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse.

  En cambio, basta una sola calamidad para derribar al perverso.

Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse; Mas los impíos caerán en el mal» (Proverbios 24:16).

 

 

«Y todo lo que te venga a la mano, hazlo con todo empeño; porque en los dominios de la muerte,[a] adonde te diriges, no hay trabajo, ni planes, ni conocimiento, ni sabiduría» (Eclesiastés 9:10 NVI).

 

 

«Pon en manos del Señor todas tus obras

  y tus proyectos se cumplirán» (Proverbios 16:3).

 

 

Oremos:

 

 

Todopoderoso Dios, pongo hoy delante de ti, todos mis anhelos y proyectos, humildemente, reconozco, que no siempre sé exactamente, que es lo mejor para mí, y consciente de tu sabiduría, amor, y poder, me rindo a tu soberana voluntad, seguiré adelante con mis planes, que si están de acuerdo a lo que tú deseas y sabes que será mejor para mí, se cumplirán, o que de lo contrario, tú me mostrarás algo aún mejor, y me bendecirás, bendito Padre, te entrego el control absoluto de mi vida, haz en ella conforme a tu deseo, en el dulce nombre de mi Señor Jesús, amén.