OBSTÁCULOS EN EL CAMINO
Por: Carlos Ardila.
A diario, cada quien de nosotros vive la experiencia de viajar de un sitio a otro de la ciudad o a lugares algo más distantes de ella, y eventualmente, durante el camino, podríamos encontrarnos con obstáculos que nos impidan llegar a nuestro destino.
Recientemente, fueron suspendidos los vuelos internacionales, no solo en la Argentina, sino además en varios países más del cono sur debido a la emisión de cenizas del volcán chileno Puyehue, que hacían imposible la aeronavegación.
No es el mundo, nuestra morada permanente (Cp. Filipenses 3:20,21), somos pasajeros en tránsito hacia un destino celestial y eterno, al trasladarnos de un lugar a otro, los obstáculos que pudieran estorbar nuestro camino podrían ser puestos por alguien más, o ser producto de circunstancias o fenómenos naturales, fuera de nuestro control.
Ahora, ¿somos nosotros mismos quienes con nuestros pensamientos, acciones y actitudes nos ponemos trabas en el camino hacia el cielo?
La Palabra de Dios nos dice:
«Dios dice: «¡Reconstruyan el camino!
Quiten las rocas y las piedras del camino
para que mi pueblo pueda volver del cautiverio».
El Alto y Majestuoso que vive en la eternidad,
el Santo, dice:
Yo vivo en el lugar alto y santo
con los de espíritu arrepentido y humilde.
Restauro el espíritu destrozado del humilde
y reavivo el valor de los que tienen un corazón arrepentido» (Isaías 57:14,15).
Oremos:
Todopoderoso Padre, ayúdanos a saltar por sobre los obstáculos que el enemigo pudiera poner enfrente de nosotros, a fin de hacernos tropezar en el camino de la fe que hemos decidido seguir, y mantén nuestra mirada fija en el galardón de la vida eterna que tú nos has prometido en tu presencia, en el nombre de Jesús, amén.