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martes, 24 de septiembre de 2024

MOSCAS MUERTAS / DEVOCIONAL

 

MOSCAS MUERTAS

 Por: Carlos Ardila.

 

 

Quizás hayas conocido a una persona que por su reputación de poseer gran sabiduría e inteligencia, por su apariencia de rectitud e integridad, así como por su presencia impactante y atractiva, que debido a su buen gusto al vestir y a su posición social y económica, llamó poderosamente tu atención y te causó una buena impresión, pero que luego, al hablar, en razón de su vulgar expresión, su desatino, imprudencia, ignorancia y altivez, de inmediato te decepcionó, dejándote la peor imagen de sí.

 

 

La Palabra de Dios nos dice:

 

 

«Así como las moscas muertas apestan todo un frasco de perfume,

  una pizca de necedad arruina gran sabiduría y honor» (Eclesiastés 10:1).

 

 

Por medio de este refrán, Kohelet, el predicador o el orador, Salomón, nos hace saber que el buen aspecto o la agradable apariencia externa de una persona, puede verse totalmente desdibujada, cuando de dentro de ella, es decir, de su corazón, surgen los malos sentimiento, actitudes y expresiones que reflejan su esencia verdadera (Cp. Mateo 23:27, 28; Lucas 6:45).

 

 

Como hermoso debe ser el frasco en el que se almacena la fragancia del más agradable perfume, muy bien cuidada, ha de ser nuestra apariencia externa, y aún más bello debe ser lo que hay dentro de nosotros, es decir, en nuestro corazón. 

 

 

Que la imagen externa de nuestra profesión cristiana, la de identificarnos como seguidores del Señor, llevando la Biblia bajo nuestro brazo, se corresponda internamente, en nuestro corazón, con los sentimientos, actitudes y palabras que surjan de dentro de nosotros, seamos cristianos, no solo en apariencia, sino en verdad (Cp. Juan 4:24).

 

 

Oremos:

 

 

Nuestro buen Padre Dios, justo, fiel y verdadero, concédenos ser auténticos hijos tuyos, y no tan solo en la apariencia de lo externo, llénanos de ti, ayúdanos a guardar tu Palabra en nuestros corazones, de un modo tal que, nuestras palabras y acciones, inspiradas en el ejemplo de nuestro amado Salvador, sean el fiel reflejo de tu presencia en nosotros. En el nombre de Jesús, amén.