ACTITUD
Por: Carlos Ardila.
Es ella el reflejo exterior de nuestro ser interior, es decir, de aquello que somos, pensamos y sentimos positiva o negativamente respecto de un algo o de un alguien en particular, exteriorizándolo a través de nuestras reacciones y expresiones verbales o gestuales.
Desempeñando el papel de quien maneja nuestra imagen, nos proyecta ante los demás como a personas agradables o desagradables, respetuosas o irreverentes, gentiles o groseras, consideradas o desconsideradas, agradecidas o ingratas, positivas o negativas, optimistas o pesimistas, amigas o enemigas, espirituales o carnales, determinando si ellas querrán estar cerca y en relación o no con nosotros.
La Palabra de Dios dice:
«Hay quienes parecen amigos, pero se destruyen unos a otros;
el amigo verdadero se mantiene más leal que un hermano» (Proverbios 18:24).
«Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas» (Mateo 7:12).
«Una persona buena produce cosas buenas del tesoro de su buen corazón, y una persona mala produce cosas malas del tesoro de su mal corazón. Lo que uno dice brota de lo que hay en el corazón» (Lucas 6:45).
Ten presente que, generalmente, recibimos lo que damos, ¿qué tan buena es tu actitud?
Oremos:
Nuestro buen Padre Dios, haznos sabios para asumir en todo y en frente de todos, las actitudes correctas, tanto al pensar, como al hablar y al actuar, de un modo tal que nuestra conducta constituya el fiel reflejo de tu perfecta presencia en nosotros, en el bendito nombre del Señor Jesús, amén.