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martes, 24 de septiembre de 2024

TU VALOR / DEVOCIONAL

 

TU VALOR

 Por: Carlos Ardila.

 

 

Algunas cosas materiales se devalúan con el paso de los años, pero otras más mantienen su valor e incluso lo incrementan, si se trata de invertir, se ha de elegir poner tu dinero en bienes durables y en los que producen buenos rendimientos o aumentan su valor en el mercado.

 

 

Una de las acciones predilectas del enemigo, es la de intentar hacernos sentir insignificantes, sin valor e inservibles, alguien altivo, influenciado por él, malintencionadamente tratará de desvalorizarte, hacerte pensar que no le llegas ni al borde del ruedo de su pantalón, que eres menos que las partículas de polvo que pisan sus zapatos, pero, no lo cree así quien cuidadosamente te diseñó y te formó (Cp. Génesis 1:26,27; Salmos 139:13-16).

 

 

Ahora, así como algunos bienes materiales aumentan su valor a lo largo del tiempo, algunas personas se atribuyen así mismas mucho más valor e importancia de la realmente tienen, y es justamente por ello, que consideran inferiores a los demás, bien sea por su lugar de origen, condición socioeconómica o racial, e inclusive, sorprendentemente, espiritual (Cp. Lucas 18:9-14).

 

 

La Palabra de Dios nos dice:

 

 

«Basado en el privilegio y la autoridad[b] que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.[c]» (Romanos 12:3).

 

 

No te dejes que el enemigo te engañe haciéndote sentir inferior o superior a tus hermanos o a tu prójimo en general, no te compares con otras personas para desvalorizarte o agrandarte, recuerda, no nos ha hecho el Señor, inferiores ni superiores, más sí en absoluto diferentes a todos los demás, pero con el mismo valor ante sus ojos.

 

 

Oremos:

 

 

Maravilloso y bondadoso Dios de amor, nos gozamos en tu presencia, y nos acercamos a ti para expresar nuestra gratitud por el valor natural que tú nos has concedido desde el instante mismo de nuestra concepción, y te pedimos que no nos dejes engañar por el enemigo, quien desea disminuirnos y acomplejarnos, a fin de inutilizarnos, y te rogamos, oh, Señor además, que no nos dejes confundir por él, para hacernos sentir superiores a los demás, y que nos hagas recordar que, aunque somos todos tus hijos diferentes, poseemos ante ti el mismo valor. En el nombre de Jesús, amén.