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lunes, 23 de septiembre de 2024

MONTES U OBSTÁCULOS / DEVOCIONAL

 

MONTES U OBSTÁCULOS

 Por: Carlos Ardila.

 

 

Con relación a la fe, el Señor Jesús expresó:

 

 

«—Ustedes no tienen la fe suficiente—les dijo Jesús—. Les digo la verdad, si tuvieran fe, aunque fuera tan pequeña como una semilla de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí hasta allá”, y la montaña se movería. Nada sería imposible.[a]» (Mateo 17:20).

 

 

En alguna ocasión, siendo que ya anteriormente, los discípulos del Maestro habían expulsado a los demonios de dentro de algunas personas poseídas por estos, fracasaron en el intento de liberar a un joven atormentado por un demonio que le hacía perder la razón y hacerse daño a sí mismo (Cp. Mateo 17:14-17).

 

 

Ante esta situación, y en respuesta a la inquietud de sus discípulos, quienes le preguntaron sobre el por qué de su fracaso, Jesús, tras haber liberado al muchacho de la opresión demoniaca, les explicó que este había sido debido a su falta de fe, la cual, en aquella oportunidad, inexplicablemente, ellos no habían tenido en la medida suficiente (Cp. Mateo 17:20).

 

 

Asemejado, de manera figurada, los montes a los obstáculos o a las dificultades, se catalogaba en aquellos días de maestro quita montes, al rabino que al enseñar, poseía una destreza pedagógica tal, que estaba en la capacidad de captar la plena atención de sus oyentes, haciéndoles apartar de sus mentes toda distracción o preocupación que les pudiera impedir la clara comprensión de sus enseñanzas.

 

 

Poseída la fe, aunque sea esta del tamaño de una diminuta semilla de mostaza, en aquel contexto, símbolo de lo en extremo pequeño, el poder de Dios, a partir de ella, nos puede conceder el logro de extraordinarias cosas, para ello, desde luego, es necesario que removamos de nuestras mentes los montes, que a modo de obstáculos o de dificultades, nos hacen dudar, y en consecuencia, impiden que recibamos de Él la bendición.

 

 

Siendo que para Dios, nada es imposible, y que Él ya nos ha bendecido antes, que monte o dificultad nos podría hacer pensar que dejaremos de ser bendecidos.

 

¿Cuál es el tamaño de tu fe?

 

 

Oremos:

 

Maravilloso y todopoderoso Dios de amor, invencible e inigualable Señor, tú que no conoces de imposibles, asístenos con tu poder y aumenta nuestra fe, de un modo tal, que por medio de ella, podamos superar todas las dificultades que hallemos en nuestro camino, en el nombre de Jesús, amén.