Copyright © Todos los derechos reservados por Carlos Ardila.
Mostrando entradas con la etiqueta Confianza en Dios. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Confianza en Dios. Mostrar todas las entradas

martes, 24 de septiembre de 2024

TOMADOS DE SU MANO / DEVOCIONAL

 

TOMADOS DE SU MANO

 Por: Carlos Ardila. 

 

 

Puedo recordar algunos de los mitos y leyendas de mi región natal, que con sus historias de terror, nos espantaban a los chicos, y nos llenaban de autosugestiones que nos generaban temores infundados.

 

 

De niño, la sola certeza de estar con alguien más en casa, en medio del extenso bosque, especialmente en las noches, aunque fuese a una cierta distancia, a mí por lo menos, aunque sé que a otros más también, me brindaba una cierta sensación de acompañamiento liberador del terror que sentía cuando me hallaba completamente solo.

 

 

¿Qué niño no sintió seguridad y alivio, cuando atemorizado por algo, fue tomado de la mano por su padre?, ¿o se pasó a la cama de sus padres, aterrorizado por alguna fea pesadilla que había tenido, o debido a una supuesta presencia fantasmal o maligna?

 

 

La Palabra de Dios nos dice:

 

 

«Pues yo te sostengo de tu mano derecha:

  yo, el Señor tu Dios.

Y te digo:

  No tengas miedo, aquí estoy para ayudarte» (Isaías 41:13).

 

 

Aunque, por supuesto, ya hoy no me acompañan los temores infantiles, derivados de la autosugestión que nos generaban a los chicos algunos mitos e historias populares de terror, otras situaciones, que si no estuviera yo con el Señor, me harían estar inquieto, turbado y temeroso, son las que llenan de desconfianza y de temor a quienes viven sin Él, a saber, de entre otras muchas más:

 

 

¿Qué comeré o qué vestiré? (Cp. Mateo 6:25-34).

 

La violencia y la inseguridad en los campos y en las calles (Cp. Salmos 34:7; 23:4).

 

El daño que les pudiera suceder, debido a la acción y al supuesto poder de los brujos y hechiceros (Cp. Salmos 91:1-16).

 

El futuro (Cp. Santiago 4:13-16; Isaías 41:10).

 

La soledad (Cp. Josué 1:9; Salmo 27:10).

 

El fracaso (Cp. Proverbios 16:3; Eclesiastés 9:10a).

 

El rechazo (Cp. Juan 6:37; Romanos 5:8).

 

La muerte (Cp. I de Corintios 15:54,55; Juan 11:25; Filipenses 3:20,21).

 

 

¡Qué maravilloso es vivir y andar tomados de la mano del Señor! ¡Cómo niños en el regazo de sus padres, libres del temor y seguros en su presencia!

 

 

Desde el gozo de nuestra experiencia personal con el Señor, nuestro Salvador, protector y proveedor, quien siempre nos ayuda, animemos a quienes viven en temor, a venir a sus brazos, para que, liberados por Él, como niños inocentes en el regazo de sus padres, puedan vivir seguros y confiados.

 

 

Oremos:

 

 

Maravilloso y bondadoso Dios de amor, exaltamos tu precioso nombre, te contemplamos en la hermosura de tu Santidad, y nos regocijamos en tu presencia, ante la cual hoy nos acercamos para expresar nuestra gratitud, por cuanto, al amparo de tu protección, podemos vivir confiados y seguros, y libres del temor, ir en pos de nuestro galardón en el cielo, al que deseamos ascender para servirte y honrarte eternamente. En el dulce nombre de Jesús, amén.

 

 

sábado, 21 de septiembre de 2024

CON POCOS RECURSOS / DEVOCIONAL

 

CON POCOS RECURSOS

 Por: Carlos Ardila.

 

 

¿Te has preguntado cómo hacer que tus proyectos sean exitosos? Para llevarlos a cabo, quizás pienses que requieres de muchos recursos; sin embargo, para un hijo de Dios, quien vive en plena dependencia de Él, disponer de muchos recursos no siempre es necesario.

 

 

La Palabra de Dios, nos da cuenta de la difícil tarea que debía llevar a cabo Gedeón, cuyo nombre significa: Labrar, cortar o derribar, y se desempeñaba como un juez y un libertador de su rebelde pueblo Israel, al que lideró para librarle de los ataques de los madianitas (Cp. Jueces 6:11-16).

 

 

Después de haber sido llamado por Dios para realizar esta difícil tarea, inicialmente, Gedeón contaba con treinta y dos mil hombres, número de individuos, que a fin de evitar que el pueblo se envaneciera pensando que por su propia mano se habría librado de sus enemigos (Cp. Jueces 7:2), Dios mismo redujo, haciendo que finalmente, Gedeón fuera con tan solo trescientos hombres en contra de un ejército de ciento treinta y cinco mil adiestrados y experimentados guerreros madianitas, sobre los cuales triunfaron, no en realidad por su propio poder, sino contando con la ayuda de Dios y dependiendo plenamente de su poder (Cp. Jueces 7:16-25).

 

 

Por medio de esta historia, la Palabra de Dios nos hace saber, que cuando somos obedientes a Él, y hacemos las cosas tal cual Él nos lo dice, en respuesta a nuestra fe y a nuestra obediencia, Él hará el resto del trabajo, por difícil que este parezca.

 

 

Así, el tener éxito o no en algún emprendimiento, dependerá de nuestra actitud de cara a la labor, que si se la confiamos a Dios, haciendo nuestra parte del trabajo, nos asegurará el triunfo, puesto que Él hará el resto.

 

 

¿Confías más en ti y en tus propios recursos de lo que confías en Dios? En cuanto a la fe de quienes fueron ejemplares en ella, la Palabra de Dios nos dice:

 

 

«¿Cuánto más les tengo que decir? Se necesitaría demasiado tiempo para contarles acerca de la fe de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y todos los profetas. Por la fe esas personas conquistaron reinos, gobernaron con justicia y recibieron lo que Dios les había prometido. Cerraron bocas de leones» (Hebreos 11:32,33).

 

 

¿Tal vez necesitas de más fe y de menos recursos personales?

 

 

Oremos:

 

 

Omnipotente Dios, tuya es la gloria, reconocemos tu poder y tu soberanía, así como nuestra pequeñez e insuficiencia personal, y nos postramos delante de tu presencia, suplicándote que nos enseñes a vivir en dependencia de ti, y en fe, te entregamos nuestros anhelos y proyectos, rogándote que los prosperes de acuerdo a nuestra planificación, o mostrándonos tú algo aún mejor, conforme a tu santa voluntad, en el nombre del Señor Jesús, amén.