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martes, 28 de noviembre de 2023

¿LA TIERRA PERMANECE PARA SIEMPRE?


Una respuesta.

Por:

Carlos Ardila

 

¿Es verdad que la tierra permanecerá para siempre y que los Testigos de Jehová que no irán al cielo vivirán eternamente sobre ella? El pasaje bíblico que han citado es el Salmo 37:29 que dice:

 

Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para siempre sobre ella (Salmos 37:29).


La palabra hebrea OLAM usualmente traducida por siempre, es usada además en un sentido diferente a perpetua o eterna duración, es así que adicionalmente el término es empleado para referirse a una era o a un largo ciclo o periodo en el tiempo.

 

La correcta comprensión del término OLAM, sí, efectivamente por siempre, es decir, perpetua u eternamente o tan solo con relación a una era o a un largo ciclo o periodo en el tiempo, naturalmente depende del contexto en el cual sea este hallado.

 

Así, por ejemplo, el contraste y el significado del término puede ser estudiado en algunos textos, aquí tan solo algunos de ellos como referencia para su propio análisis en los pasajes en los que lo encuentre:

 

"Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores; pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá" (Isaías 51:6). Claramente perpetua o eterna salvación.

 

Acerca de la circuncisión como la señal del pacto, Dios dijo a Abraham: "Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por siempre por pacto perpetuo" (Génesis 17:13). Claramente, durante un largo ciclo, era o periodo de tiempo, puesto que dicho pacto ha sido reemplazado por el nuevo (Hebreos 8:7-13; 10:9) y ya no es requerida por Dios la circuncisión (1 de Corintios 7:18-19; Gálatas 5:2-6).

 

El día de reposo (Éxodo 31:16-17), así como la Pascua y la fiesta de los Panes sin Levadura (Éxodo 12:14,17), y el Día de la Expiación (Levítico 16:29, 31,34) entre otras festividades y ocasiones y rituales deberían ser guardados como estatuto perpetuo; sin embargo, estas ya no deben ser observadas por el pueblo judío (Gálatas 4:10-11; Colosenses 2:16-17). Respecto a Aarón y a sus hijos, se dijo que se desempeñarían en el sacerdocio (Éxodo 29:9); sin embargo, dicho sacerdocio ha sido reemplazado (Hebreos 7:11-14), así su duración fue tan solo OLAM en su sentido de un largo ciclo era o periodo de tiempo.

 

Ahora, con relación a la tierra que los testigos afirman permanecerá después renovada

 

por siempre, la Palabra de Dios dice:

 

"Desde el principio tú fundaste la tierra,

Y los cielos son obra de tus manos.

Ellos perecerán, mas tú permanecerás;

Y todos ellos, como una vestidura, se envejecerán;

Como un vestido los mudarás, y serán mudados" (Salmos 102:25,26).

 

"Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia" (II de Pedro 3:10-13). Los cielos y la tierra nueva que esperamos, no hacen de manera alguna referencia a la renovación de la tierra que será fundida y deshecha en la venida del Señor, sino a nuestra futura residencia en los cielos, un lugar claramente espiritual en vez de físico.

 

"Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos a El Salvador, al Señor Jesucristo; el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas" (Filipenses 3:20,21). "A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por la palabra verdadera del evangelio" (Colosenses 1:5). "Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros" (I de Pedro 1:3,4).

 

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35).

 

Bendiciones.