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martes, 28 de noviembre de 2023

¿EL PECADO ORIGINAL?


Respuesta a una pregunta respecto al pecado original

Por:

Carlos Ardila



Me han explicado que he nacido manchado por el pecado cometido por Adán y Eva, me han dicho que este es el pecado original con el que todos hemos nacido, ¿es esto cierto?

 

¿Qué dice la Biblia respecto a esto?

 

¡Por supuesto que no!

 

Algunos textos bíblicos nos pueden ayudar en cuanto a la comprensión de este asunto:

 

«El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él» (Ezequiel 18:20).

 

«Los padres no morirán por los hijos, ni los hijos por los padres; cada uno morirá por su pecado» (Deuteronomio 24:16).

 

Dios no nos envía manchados al mundo para luego exigirnos que regresemos a él limpios. El pecado, es decir: La violación o la infracción de ley de Dios obedece a un acto individual y voluntario, no hereditario.

 

«Perfecto, eras en todos tus caminos, desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad» (Ezequiel 2:15). Este pasaje se refiere a la actitud del rey de Tiro en un determinado tiempo de la historia, este se corrompió como lo hiciera antes Satanás, como ellos, todos nosotros hemos nacido limpios, rectos; sin embargo, libres para hacer nuestras propias elecciones.

 

«Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho» (Génesis 8:21)

 

Como bien lo indica el pasaje anterior, el corazón del hombre libremente se inclina hacia la maldad en los días de su juventud, es decir, cuando adquiere raciocinio y conciencia de lo bueno y de lo malo, optando voluntariamente por lo malo. El pecado no es una condición congénita o natural del hombre, sino más bien un hábito adquirido por él en el tiempo y del cual puede llegar a hacerse esclavo: Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo, es del pecado (Juan 8:34).


Ahora, ¿qué significado tienen los siguientes textos?

 


«No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová, tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen» (Éxodo 20:5).

 

«Que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación» (Éxodo 34:7).

 

Básicamente, indican las consecuencias y el alcance de los errores de la rebelión e idolatría de algunos de los israelitas a causa de cuyos pecados sus hijos sufrieron en el desierto, no que el pecado de ellos fuera a ser heredado por sus hijos, así para ilustrar el asunto en cuestión, si un hombre se equivocara en sus decisiones de negocios, las consecuencias económicas de su error alcanzarían muy seguramente a sus hijos y familiares económicamente dependientes de él.

 

Note usted lo siguiente:

 

«No verán la tierra de la cual juré a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión. Ahora bien, el amalecita y el cananeo habitan en el valle; volveos mañana y salid al desierto, camino del Mar Rojo. Y Jehová habló a Moisés y a Aarón, diciendo: ¿Hasta cuándo oiré esta depravada multitud que murmura contra mí, las querellas de los hijos de Israel, que de mí se quejan? Diles: Vivo yo, dice Jehová, que según habéis hablado a mis oídos, así haré yo con vosotros. En este desierto caerán vuestros cuerpos; todo el número de los que fueron contados de entre vosotros, de veinte años arriba, los cuales han murmurado contra mí. Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano, y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb, hijo de Jefone, y a Josué, hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo» (Números 14:23-34).

 

Los israelitas se había levantado contra Dios, por tanto, serían castigados (v. 31); sin embargo, sus hijos recibirían la tierra que Dios les había prometido a sus padres, la cual ellos habían despreciado, pero a causa del pecado de sus padres, ellos estarían en el desierto hasta que murieran sus padres.

 

Ahora, ¿podemos ser liberados o limpiados de los pecados que a voluntad hemos cometido?

 

Naturalmente que sí, a este respecto el apóstol Pablo dice: «Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia» (Romanos 6:17,18).

 

Si usted quiere ser liberado de sus pecados y ser hecho en consecuencia salvo, la Palabra de Dios dice que es exactamente lo que debe hacer:

 

Creer en el Señor Jesús: Juan 3:16; Hechos 8:37.

Arrepentirse: Es un cambio de mentalidad y en consecuencia de vida (Hechos 2:38: 3:19).

Ser bautizado para el perdón de los pecados: Hechos 2:38; 3:19; 22:16; Colosenses 2:12,13).

Confesar la fe al ser bautizado: Romanos 10:9,10.

Permanecer fiel al Señor: Apocalipsis 2:10.

 

¡La decisión es solo suya!

 

¿Lo Hará?

 

Dios le bendiga.


Cordialmente:

 

Carlos Ardila